Más de tres mil migrantes hondureños de una nueva caravana que busca llegar a Estados Unidos huyendo de la pobreza y violencia avanzaban este jueves 16 de enero por Guatemala, en medio de controles policiales y la supervisión de funcionarios migratorios estadounidenses en zonas aledañas a los pasos fronterizos.
Entre la multitud avanza Kensy López, de 22 años, quien, junto a Kevin, su hijo de 3, huyen de la violencia que azota a San Pedro Sula y van en “busca de mejores oportunidades” en Estados Unidos”.
Como Kensy, en la nueva caravana que avanza por las carreteras del país y en la que se deben sortear peligros propios de un periplo de esa naturaleza, van muchas mujeres y niños que se convierten en el rostro de un fenómeno -la migración- que pareciera agudizarse pese a las medidas que los gobiernos toman para detenerlo.
Kensy y su bebe salieron la noche del martes 14 de enero desde la terminal de buses de su tierra natal, donde se despidió de su primogénita, Kaily, 6, y su madre, quien les deseó suerte en su camino y quedó con la esperanza de algún día volverlos a abrazar.
Un año ha pasado desde Kensy fue despedida de la maquila donde trabajaba, en la que apenas ganaba cuatro mil lempiras, el equivalente a unos Q1 mil 200, los cuales invertía en la alimentación y el estudio de sus hijos.